El desafío resulta difícil: sé que no voy a saciar las expectativas de todos los hinchas. Pero también es encantador: elaborar la lista de los diez partidos más importantes de la vida de Defe (más una yapa). De los casi 2.500 partidos que jugó Defe, aquí intentan estar los diez que hicieron más historia. Por supuesto, el ranking es subjetivo y acepto sugerencias y reproches (traté de incluir un recordado Defensores 6-Temperley 1 de 1973, día en el que Oscar Tomás López convirtió tres goles, pero no encontré espacio). Aclaro, además, que no incluye la época del amateurismo, que para Defe fue mucho más prolífica en resultados que el profesionalismo. Por si algunos todavía no lo saben, en las décadas del 10 y del 20 les ganamos a todos los grandes: River, Boca, Independiente, Racing, San Lorenzo e incluso Huracán, que por aquellos años era un gigante más. El siguiente es el decálogo de alegrías de Defe durante noventa minutos, más la ya anunciada yapa.
10 b) Defensores 1-Tigre 0, 1979. En su excelente libro “Club Atlético Defensores de Belgrano, crónica de una pasión”, Román Queiroz escribió al respecto: “Se enfrentaban en el Bajo Defensores y Tigre, que era el único puntero. El equipo de Victoria llegaba dispuesto a dar la vuelta olímpica. Por eso llenaron la cancha, dejando para Defensores la décima parte de `la techada´, donde se alojaron no más de cincuenta personas. Todo lo demás era de Tigre, casi ocho mil almas”. Les pregunté a mis amigos defensoristas más veteranos si ese dato, imposible de imaginar en la actualidad, era cierto. Y lo confirmaron: “Una hora antes del partido no se podía cruzar Libertador de tanta gente que había. Desde ese momento sólo dejaban pasar a los socios”, me dijeron. Tigre llevó la gente, pero nosotros nos quedamos con el triunfo. Les ganamos 1 a 0 con un gol de Haffez que aún es recordado con asiduidad. Tigre daría la vuelta olímpica la fecha siguiente, aunque no delante de nosotros.
10 a) Defensores 9-Justo José de Urquiza 1, 1958. La mayor goleada de la historia para rubricar el regreso a la Primera B no podía quedarse afuera de esta antología. Defe había conseguido el ascenso la fecha anterior, tras vencer 2-0 a Sportivo Palermo como visitante, en cancha de Platense (aún en Saavedra), pero el 9-1 de la última fecha se merece un lugar en esta antología. Era un Defe de lujo, uno de los mejores de todos los tiempos. Marcaron Ruffa (4), Ojeda (2), Alegre, Cardoso y Spacarotella.
9) Defensores 1-Platense 0, 2006. La mayor alegría de los últimos años, el Defe más combativo de la década. Faltaban pocas fechas para que terminara el campeonato y había tres candidatos para ganarlo: Tense, Defe y Temperley. Una multitud en el Bajo, las tribunas repletas, por la Techada casi no se podía caminar, el clima del clásico barrial en su máxima expresión. Al comienzo del partido, a los 11 minutos, nos echan a un jugador. Pero los diez futbolistas que quedan en cancha se corren la vida, pelean todas las pelotas y mantienen el control. Faltando poco, Guerra convierte un gol extraordinario y Defe se pone 1 a 0. Fue victoria, victoria gloriosa, y encima Temperley había perdido, por lo que el Dragón quedaba como único puntero. Parecía un sueño imposible, de tan perfecto. Y de hecho, nunca pasó de una ilusión, porque a las pocas fechas nos caeríamos. Pero aquel gol de Guerra no merece el olvido….
8) Estudiantes 5-Defensores 5, 1986. Si el inventor de la máquina del tiempo me diera el derecho de viajar hacia atrás y ver un partido de Defe que yo no haya presenciado en la cancha, elijo éste. Sin dudas. Ni siquiera lo ganamos, y tampoco sirvió para nada en especial, porque aquella temporada fue un desastre. Pero aquel partido…qué ganas de haber estado ahí, en Caseros… Mi amigo Oscar Barnade, periodista de Clarín, hincha de un club de Primera División y especialista en la historia de nuestro fútbol, me reconoció la semana pasada: “En lo que respecta a un solo partido, fue, es y seguirá siendo una de las grandes epopeyas del fútbol argentino”. Empezamos ganando 1 a 0, pero a los 20 minutos del segundo tiempo perdíamos 5 a 1. A los 21 descontó Lepera: 2-5. A los 32 marcó Barrios, de penal: 3-5. A los 40 convirtió Ruitiña: 4-5. Y a los 44 el mismo Ruitiña, de efímero paso por el club, volvió a anotar: 5-5. Una hazaña íntegra, una tarde épica, un partido inolvidable. Pasaron 20 años y aún lamento no haber estado ahí…
7) Platense 0-Defensores 3, 2001. Nuestros cuatro años en el Nacional actuaron como un tobogán: la primera temporada fue extraordinaria y las restantes sólo nos deslizaron hacia abajo, hacia la infausta tarde en Parque Patricios contra Chacarita, ya en 2005. Pero claro, también hubo alegrías en el Nacional. Le ganamos 3-0 a Talleres en el Chateau, lo bailamos 4-1 a Instituto en el Bajo, también gritamos victoria en Tucumán, en Mendoza, en Jujuy… Pero de aquellos años, yo me quedo con el 3-0 a Platense en Vicente López. El partido estuvo a punto de no jugarse. Había llovido todo el viernes, el sábado el clima no había cambiado y me recuerdo escuchando la radio una hora antes para saber si podía ir a la cancha o no… Menos mal que se jugó. Un gol del Burrito Rivadeneira al comienzo. Otros dos de Comba en el segundo tiempo. La tribuna visitante rebosante de color. Un delirio total. Hacía 25 años que no jugábamos contra Platense, el otro club del barrio, nuestro hermanito mayor, para llamarlo de alguna manera, el que siempre había estado en Primera y nos generaba un poco de envidia. Al día siguiente me compré el Olé y guardé el comentario. Todavía lo tengo en casa. En aquel momento supe que habíamos ganado uno de esos partidos que hacen historia.
6) Dock Sud 0-Defensores 1, 1992. Como no estuve ese día en la cancha del Docke, hasta el año pasado nunca había visto el gol de Fabio Lapolla. Me saqué las ganas en la fiesta del centenario, con el extraordinario video de la historia de Defe que grabó Javier Santos. La imagen se ve borrosa, casi en blanco y negro, pero el gol era como me lo había imaginadoa través del relato de los amigos que habían estado allí: el arquero de ellos que sale, Lapolla intenta una emboquillada, la pelota baja justo y el Tano se va a gritarlo a un costado. Eran otros tiempos, un Defe más austero, más guerrero… Creo que nos vino bien bajar a la C, recuperamos la humildad, las ganas, la motivación… En una palabra, la guapeza. En los últimos tiempos vi equipos de Defe un poco amargos, un poco tibios, casi conformistas. Aquel de la C derrochaba intrepidez, iba al frente en todas las canchas, tenía una voracidad, unas ganas de comerse la cancha, que últimamente no se ve advierte. Porque había que ser guapo para ganar en el Docke esa tarde de balas, de piedras e incluso de muerte. Pero a aquel Defe le sobraba espíritu.
5) Defensores 2-Temperley 0, 2001. No fue el mejor partido de aquel equipo campeón de Primera B, ni siquiera el más emocionante, pero sí el que marcó un viejo sueño hecho realidad: Defe al Nacional. La historia en cancha de Ferro quedó definida en el primer tiempo, con los goles de Alderete y Jonhy Aquino, de penal, tras un arbitraje como mínimo polémico a favor nuestro (los que saben los detalles seguramente comprenderán el comentario). Temperley ya estaba groggy desde el partido de ida, que no terminó por el salvaje ataque a Hugo Rodríguez. Pero si a ese partido le faltó emoción, el Octogonal ya nos había entregado demasiado. ¿Cómo olvidarse del gol de Willy Aldaz en el minuto 90, contra Español, posiblemente el gol más gritado por la última generación de hinchas de Defe? ¿Y cómo olvidarse de la taquicárdica definición en semifinales ante San Telmo? Esa tarde, en cancha de El Porvenir, mi amigo Martín Sánchez no soportó la tensión, advirtió que su corazón le latía demasiado deprisa y se fue de la cancha. Y ese Octogonal, como si fuera poco, también nos había regalado el 6-1 ante Argentino de Quilmes, que dicho así no tiene nada de extraordinario, pero lo espectacular del caso fue que el primer tiempo terminó 6-0, y Alianello convirtió cinco de los seis goles. Todo sirvió para que Defe ascendiera al Nacional. El sueño que ahora se repite…
4) Defensores 4-Tigre 1, 1984. Aquel fenomenal equipo del 84 tal vez no fue el mejor equipo de la historia del club. Pero sí, seguro, el que mejor jugaba. Intuyo que en solidez le ganaba el del 67, que por algo salió campeón. Digo todo esto de oídas, por lo que leí y por lo que me contaron, porque por una cuestión de edad no alcancé a ver ninguno de los dos equipos. Pero a mí siempre me fascinó el del 84: hasta la camiseta, con rayas horizontales, era hermosa. Ronci, Galbán, Arbelo, Walter Fernández, en fin… Dicen que era toque y toque, gol y gol. Que le pregunten a Tigre por aquel 4 a 1 en cancha de River, en los cuartos de final del Octogonal. Heriberto Correa, Quiroga, Cáceres y el mismo Walter Fernández convirtieron los goles del baile… Después, en las semifinales, la historia fue de otro color. Dos a dos contra Gimnasia, también en River, y un partido muy extraño en La Plata. Un partido por el que pregunto siempre… De hecho, en la última fecha del torneo que acaba de terminar, contra Cambaceres, le pregunté al Mosca si había estado ese día en La Plata. Se agarró la cabeza y me dijo: “Sí, claro que estuve allá. ¿En serio querés que te cuente? No, dejá, no me hagás deprimir”. Parece que algo raro pasó ese día. Pero esa es otra historia. Y aquel Defe del 84 daba orgullo. Si siempre es lindo decir “soy de Defe”, en ese momento era casi mandarse la parte. Porque todos simpatizaban con aquel fútbol del Dragón. Ooohh, vamos Defensores, juegue al fútbol, haga goles….
3) Defensores 2-Tigre 0, 1967. El técnico era Ángel Amadeo Labruna. ¿Qué más decir? Un personaje mítico del fútbol argentino sentado en nuestro banco de suplentes. En la última fecha le ganamos 2-1 a Temperley de visitante, en un partido recordado por la multitud que Defe arrastró hasta Turdera. “Ese día llenamos un tren de hinchas, nunca vi tanta convocatoria de Defe como visitante”, contó Oscar Arbona en el libro ya citado de Román. Como ganadores de la Zona B, con cuatro puntos de ventaja sobre Almagro, había que jugar la final contra el primero del Grupo A, Tigre. Se jugó en cancha neutral, la de Platense, en una noche que aún circula entre los corazones más sensibles. A estadio repleto, ganamos 2 a 0 con goles de Tomino, de tiro libre, y Fumagallli. Hubo vuelta olímpica, invasión de campo y festejos en el Bajo hasta el amanecer. A efectos prácticos no sirvió de mucho, porque en el posterior torneo Reducido que definía los ascensos, terminamos últimos (y encima Tigre nos dio la vuelta olímpica en nuestra cancha). Pero Defensores, en definitiva, había sido el campeón de la vieja Primera B. Y nadie olvidó aquel equipo sensacional…
2) Racing 0-Defensores 2, 1985. Fue el 21 de septiembre y así escribió Martín Sánchez en su libro, Corazón Pintado, la Biblia para los defensoristas (Pontoni dixit): “Víctor Hugo Morales gritaba en su relato que, como correspondía, en el día de la Primavera, el chico, el estudiante, había festejado en la Academia”. El primer gol, el de Jorge Díaz, debe estar entre los diez más lindos de los últimos veinte años de la historia de Defe. Díaz amagó y amagó y amagó y amagó y en un momento pareció que nunca iba a disparar al arco. Pero Wirzt (arquero de Racing) y los defensores se creyeron todos los amagues y entonces, cuando Díaz al fin remató a la red, el gol ya era mucho más que un gol: era un golazo. Y en Avellaneda, contra el Racing del Coco Basile, que en ese mismo torneo ascendería a la A. El segundo tanto lo convirtió Cataldo, de contragolpe, un minuto después que el primero. Según el Corazón Pintado de Sánchez, ese día había 300 hinchas de Defe en el Cilindro. Les tengo una profunda envidia…
1) Defensores 2-Excursionistas 0. Intuyo que en este puesto no habrá lugar para la discusión. El sueño de todo hincha de fútbol: mandar al descenso a tu rival de siempre. Se jugó el 27 de mayo de 1995 en cancha de Platense. Era la última fecha de la temporada, y ellos se salvaban con el descenso. Mucha gente, de los dos lados. Les ganamos 2 a 0 con goles de nuestro prócer, Leonardo Almanza, el hombre que esa tarde se ganó un lugar en el panteón de ídolos rojinegros. Luego siguió una caravana de hinchas con velas encendidas por todo el barrio. Primero Cabildo, luego Ramallo, más tarde Libertador y al fin nuestro estadio. Nadie lo olvidó. Ah, ayer leí en el Olé que Excurionistas, doce años después, sigue en la C.
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Te olvidaste el día que corrimos al Bicho. Para mí, ese fue nuestro mejor partido, jajaj
ResponderEliminares la primera vez que entro al blog. felicitaciones a quien quiera que sea el autor. saludos desde españa!
ResponderEliminar¿el 2 a 2 contra gimnasia en el 84 no se merecia un espacio?
ResponderEliminarsaludos!
El gol del Turco Haffez, en el 79, merecía estar unos escalones arriba. Pero igual buenisima la nota
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