Una gloria viviente

(Foto gentileza www.defe.com.ar)
Ni Willy, ni Casco, ni Caldas, ni Pirulo Camino. El futbolista que todos queremos ser, el que más veces se puso la camiseta de Defe, es Rodolfo César Chiti. Entre Primera C y B, jugó más de 500 partidos para el Dragón. Lo vimos por última vez en la fiesta del Centenario, cuando se le entregó una plaqueta en reconocimiento a su récord de presencias con la rojinegra. Para conocer un poco más al Flaco, aquí adjunto la información publicada por el Diccionario de Ascenso Olé, que sólo tiene en cuenta los partidos de Primera B. Porque la historia de Defe no sólo pasa por los últimos diez o quince años...

Chiti, Rodolfo César. Segundo marcador central y director técnico. De Defensores de Belgrano (1952, 1954-55, 1959-61 y 1964-68). Jugó 273 partidos, 2 goles. Como técnico, dirigió a Defensores de Belgrano (1961, 1967, 1969-70 y 1973-75. El Flaco. Un símbolo en la historia de Defensores de Belgrano. Llegó al club en 1948, luego de ser observado por los directivos en un campeonato de baby fútbol, y se incorporó a la Sexta División. "Fui a jugar con mis amigos del barrio y como me habían expulsado, los dirigentes me dijeron que no me suspendían si firmaba para Defe", contó. Debutó en el primer equipo en 1952 y de ahí en más, se afianzó durante 16 años como titular y figura del equipo. Se destacó por el buen manejo de pelota y la seguridad para marcar. Además, fue pieza clave en el conjunto que se consagró campeón de la Primera B en 1967, aunque luego no ascendió en la Reclasificación. Ese equipo era dirigido por Angel Labruna. "Fue el mejor técnico que tuve y del que más aprendí", expresó. Su último partido fue en 1968, frente a All Boys, en la cancha de Quilmes. En ese tiempo padeció varicela y, por esa razón, decidió retirarse del fútbol. Poco tiempo después, se convirtió en el técnico de Defensores de Belgrano. Al principio, dirigió al equipo hasta 1970, cuando fue despedido por los dirigentes. Y después, volvió a asumir como entrenador en 1972. Ese año, con las presencias de Vicente Vidal Ayala, Albino Valentini y René Houseman, entre otros, consiguió el ascenso de la C a la Primera B. Finalmente, dejó el cargo en 1975. Poco a poco se alejó del club y se dedicó de lleno a su trabajo en la oficina de Inspección del hipódromo de San Isidro.