Viaje a la intimidad de 1984

El miércoles 28 de noviembre de 1984 (cuatro días después de que Defe goleara 4-1 a Tigre en el partido de ida por los cuartos de final del Octogonal de Primera B), el ya desaparecido diario Tiempo Argentino le dedicó una página entera al fenomenal equipo rojinegro que peleaba el ascenso a Primera División. El título de aquella nota, firmada por el periodista Aníbal Paz, fue “Para Defensores el fútbol es apenas un juego no un drama”. Aquí transcribo el texto, que es un poco largo, pero que vale la pena leerlo para conocer un poco más del mejor equipo de la historia del club (junto al de 1967). Advertencia: a más de uno se les escapará una lágrima (sí, Defe goleando a Tigre y cerquita de la A…):
“Mientras el plantel de Defensores de Belgrano contagiaba de alegría a los pocos curiosos que asistían al picado en Palermo, Heriberto Correa comentó con el cronista algunos aspectos de esta singular campaña del modesto equipo al que varios veces le pronosticaron la caída que nunca se produjo.
‘Me da bronca mirar el picado desde afuera, pero me duele un poco el muslo y no quiero arriesgar para estar entero el sábado. La nuestra es una posibilidad muy linda y cada vez tenemos la confianza más firme. ¡Claro que podemos ascender! ¿Acaso no lo hemos demostrado con lo que hicimos hasta ahora?’
Si es cierto que los entrenamientos reflejan el espíritu de un plantel, habrá que acordar que el de Defensores es excelente.
‘Este equipo tiene muchachos sensacionales --agregaba Corre--, y me hace acordar un poco al Mónaco. Cuando llegué allá declaré que esperaba salir campeón y los diarios me lo publicaron con grandes titulares. Claro, lo tomaron en broma. Sin embargo, me encontré con un grupo excelente, trabajador, respetuoso, alegre, como éste de Defensores. Y logramos ascender, nomás. Quién le dice que ahora suceda lo mismo’.
Y como la posibilidad es real y está fresca, Correa reafirma sus argumentos, y refuta cualquier contra que se le quiera esgrimir, como ésa de la falta de poderío del club: ‘Soy consciente de ello. No tenemos numerosa hinchada. Además no somos vendedores de diarios ni revistas. Para colmo el plantel es reducido y con muchos chicos jóvenes. Pero todo eso no cuenta. Los más viejos iniciamos la obra y el equipo logró fe y responsabilidad, sin olvidar por ello el fútbol bien jugado. Además, nos empezó a seguir mucha gente que le gusta ese fútbol que hacemos nosotros, con pelota bien cuidada y en lo posible apretada contra el piso. Y éste es, entonces, un club de amigos, sin líos ni agresiones. Cada partido es una fiesta. Creo que hasta hacemos así un aporte contra la dramatización y del fútbol y la violencia. ¿Cómo no vamos a estar contentos?’, agrega Correa.
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Mientras los jugadores cumplen los últimos ejercicios de elongación, Jorge Ricardo Busti, el responsable técnico del equipo, junto a su ayudante, José Leonardi, agrega sus puntos de vista.
-¿La ventaja lograda el otro día puede considerarse definitiva?
--De ninguna manera. En fútbol nunca hay una ventaja definitiva. No voy a negar que tres goles dan mayor tranquilidad y confianza, eso es cierto. Pero no somos tan imprudentes como para ir a Tigre agrandados ni confiados. Simplemente vamos a ir a jugar, como hacemos siempre.
Leonardi agrega un par de datos. Sostiene que Tigre es un equipo muy fuerte de mitad de cancha para arriba y que con los años aprendió a no confiarse en la lógica del fútbol, que en realidad no existe.
--¿Tomó alguna previsión especial para este partido?
--Las mismas que el otro día. Mañana entrenaremos en doble turno y después nos vamos a concentrar a Ezeiza. Lo haremos con veinte jugadores, por las dudas, pero si todos están bien no vamos a hacer ningún cambio. En cuanto a la parte táctica en sí misma, aquí no hay secretos. Intentaremos jugar como siempre, aunque eso en definitiva corresponde siempre a los jugadores y habrá que ver lo que les sale ese día.
--¿Llegó a pensar alguna vez que Defensores iba a realizar tan buena campaña?
--Desde el principio sabía que iba a ser buena. Lo que no podía imaginar es que lo iba a ser tanto. Fíjese que tuvimos puntaje como para salir campeones. Si no hubiera aparecido Español, que hizo algo fabuloso, realmente fuera de toda previsión, los campeones éramos nosotros.
--¿La meta ahora es el ascenso?
--Claro, a esta altura ya no cabe otra. Sabemos que los partidos que restan serán muy duros, pero en realidad nosotros siempre respetamos a todos. Pienso que si no bajamos el nivel y la puntería, se nos puede dar. Vamos a ver…
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La mesura y la aspiración de Busti y Leonardi es compartida por todos los jugadores. Cuando alguno de los más jóvenes se excede en optimismo, surge uno de los mayores que se encarga de llamarlo a la realidad. El veterano Anhiello, por ejemplo, es otro de los que esgrimen claros conceptos.
--¿A esta altura de su carrera, tiene algún significado una campaña de este tipo?
--¡Cómo no va a tenerla! Me llena de satisfacción y en mi caso le diría que es doble a la de los demás. Yo me inicié en Defensores y a lo largo de mucho andar, ya de vuelta de México y de Estados Unidos, veo este reencuentro con gente que quiero y a la cual le estamos dando tantas alegrías. Hasta me parece que tengo más entusiasmo que antes.
--¿Usted también piensa en el ascenso?
--Es casi ya una obsesión para mí. Y me da bronca algunos suspicaces digan que no podemos llegar. Los dirigentes gastaron mucha plata en concentraciones y premios y todos queremos ascender. Esto debe quedar muy clarito. Sobre todo pensando que es un equipo muy bien dotado, y también bien orientado. Busti y Leonardi no se traicionan.
En realidad, la afirmación parece encontrar eco inmediato y duradero. Se advierte y se confirma enseguida. Por Defensores, nadie piensa en otra cosa que en lograr el ascenso.
(Tres días después, Defe empataba 0-0 ante Tigre, en Victoria, y avanzaba a las semifinales del Reducido, en el que quedaría eliminado por Gimnasia La Plata. Según algunos de los hinchas de Defe que estuvieron en el Bosque platense aquel día, el partido del adiós al ascenso a la A fue raro, demasiado raro. Pero esa es otra historia, de la que algún día nos ocuparemos. Hoy queríamos hablar de aquel maravilloso sueño de estar cerca de Primera, que tan cerquita estaba aquel 28 de noviembre de 1984).