La curiosa contratación de Labruna

La llegada de Ángel Labruna a Defensores de Belgrano, en 1967, fue más bien particular. Angelito estaba pasando por una situación económica delicada, por lo que había aceptado promocionar la imagen de un restaurante que habían abierto detrás de la cancha de Defe. El día de la inauguración, también estuvieron presentes los dirigentes del club rojinegro, quienes en forma espontánea se acercaron y le propusieron que se hiciera cargo del equipo, que no venía bien. Labruna, llamativamente, aceptó gustoso la oferta. De esta manera, mató dos pájaros de un tiro, ya que consiguió trabajo mientras aliviaba sus alicaídas finanzas.
Según cuentas sus amigos, eran épocas de vacas flacas para el Feo, con bolsillos donde escaseaba el billete. Llevó al equipo al título de campeón, pero por aquellos años no había ascenso directo y Defensores perdió, insólitamente, la chance de subir en el torneo Reclasificatorio. Igualmente, a partir de aquel momento, Labruna patentó un estilo que se mantuvo inalterable con el paso de los años: ojo clínico para la elección de jugadores, mucho ataque y buen gusto por el juego.
En 1972, mientras era técnico de Chacarita en Primera, también entrenaba a Excursionistas, pero su nombre no aparecía en los medios, sino el de la subcomisión de fútbol. Ese año Excursionistas descendió a la C.
Fuente: Diccionario Olé del Ascenso. Foto: www.defe.com.ar