El clásico se juega en la calle (por Clarín)

Ya todos sabemos por qué Defensores-Excursionistas no se juega desde hace 12 años, pero no vamos a negar que la rivalidad, más folclórica que deportiva (sería una boludez compararnos con esos muChaChos), todavía sigue. En esa matriz, el diario Clarín publicó en los últimos días una nota, que aquí reproducimos. La escribió Waldemar Iglesias, uno de los tantos periodistas que tienen una parte roja y negra en su corazoncito. Que la disfruten.

"El clásico del barrio no se juega desde el 27 de mayo de 1995 y en los últimos 25 años se enfrentaron menos de diez veces, pero Defensores de Belgrano-Excursionistas se sigue disputando todos los días. Brotan los ejemplos desde la avenida Congreso hacia General Paz, pleno Núñez, allí donde los graffitis y las pintadas no disimulan que esa zona es de Defe. También desde Monroe hacia el lado de Barrancas, allí en Belgrano, donde Excursio impone supremacía. Permanecen las cargadas entre amigos de rojinegros y de verdiblancos... Que son los de Libertador y Comodoro Rivadavia "son amargos"; que los de Pampa y Miñones "son un club de fútbol amateur"...
También el clásico se juega en los sitios de Internet, allí donde los de Defensores recuerdan los dos goles de Almanza que mandaron a su rival a la C; y donde los de Excursionistas se jactan —sin comprobación posible— de ser los capos del Bajo. Los separan una categoría —los de Núñez están en la B y hasta hace poco tenían sueños de Primera; los de Belgrano pasean desencantos por la Primera C y hasta tuvieron un susto con la D— pero la pasión sigue intacta. En cada calle de cualquiera de los dos barrios y en sus zonas de influencia. En el Colegio San Román, allí donde ser de Defensores resulta una osadía; en El Raggio o en La Cullén, lugares en los que resulta conveniente callar la condición de hincha del verde.
No hay dudas de que hay otro partido cotidiano entre los dos. Si hasta un par de hinchas de Excursionistas, en 2005, estuvieron en Comodoro Rivadavia, donde Defensores enfrentó a la C.A.I, y pusieron en la tribuna local su bandera de desprecio y malos augurios para su rival empinado. Ahora, no se enfrentan en ninguna de las dos canchas. Pero el clásico más barrial del fútbol argentino se sigue viviendo en cada esquina, en cada rincón de su geografía.