Chuenga era de Defe (por Martín Sánchez*)


Se metía en la tribuna de Defe arrastrando la bolsa como un Papá Noel desvencijado. Con su resistente pelo naranja y sus pulloveres de bochinche, a Chuenga le hacía falta ese grito característico para recibirse de personaje en mayúsculas: "Chuenga a a..." estiraba la trompeta de su voz. "Chuenga a a..." y uno se preparaba para la emoción de ser su elegido. Chuenga vendía chuengas, pedazos mal cortados de un caramelo duro y blanco, que estaban envueltos con la exageración de todo negocio. El papel sobraba y las puntas retorcidas en moños le daban el caramelo una envergadura que no tenía. La medida de la venta era su mano. "Dame 50 centavos", "dame 20 centavos" y Chuenga metía la mano en la bolsa y sacaba el mismo puñado. Pero yo sé que conmigo tenía atenciones. A veces se me caían de las manos los caramelos que me daba. Es que una vez le avisaron que la policía estaba por llevarse su auto. Justo estaba cerca mío en la tribuna, y me dijo "che, pibe, cuidame la bolsa". Yo no lo podía creer. Me puse la bolsa entre las piernas para que nadie la viera, a ver si venían a pedirme chuengas de fiado. No podía maltratar su confianza. Un personaje de la tribuna como Chuenga que te diera la bolsa era lo mismo que en la cancha la Chancha Busti o Quenón Houseman te pidieran que por favor les cuidaras la pelota que ya venían. Como Chuenga demoraba, y mis amigos ya me presionaban para que repartiera un pedazo del botín, yo salí a vender. "Chuenga, chuenga", maldecía yo sin pronunciar la herejía de la "a" extendida, y todos miraban con disgusto al personaje apócrifo. No pude vender nada. No puede metar la mano sin mirar en la bolsa como hacía Chuenga, y así ese misterio de hondura y envolturas siguió sobreviviendo cada sábado.
Decían que Chuenga había hecho fortuna, porque de Chuenga se tejían infinitas historias. Que vivía en un palacio, que andaba en los mejores autos, que había vendido por millones a Estados Unidos su fórmula empalagosa. Pero Chuenga era un humilde trovador de la sorpresa que vivía en Floresta y que todos decían haber visto. Chuenga era hincha de Defe, aunque nunca hablara más que su grito. ¿Qué hacía entonces en Defensores cada sábado si durante la semana se les aparecía a los pibes de las escuelas de Floresta y Mataderos? ¿Por qué no iba a All Boys, a Nueva Chicago? A Vélez sí iba, y hasta estuvo en la inauguración de su estadio en 1943. Chuenga había nacido como José Eduardo Pastor en 1915. Como el pastor de chicos alegres con mejillas hinchadas de rubor y de caramelos duros. Ya de pibe Chuenga se largó con su invento. Aquella época en que el fútbol era el foot ball creado por los ingleses, y se decía back, half, insider, Chuenga en realidad le puso "chewing gum" a sus caramelos, lo que en inglés significa goma de mascar. El fútbol se fue acriollando y junto con muchos de su términos, chewing gum se deformó en chuenga. Es que Chuenga fue uno de los tantos sinónimos navegando con el fútbol. Porque iba a la cancha de Defensores pero también iba los domingos a Primera. Chuenga ya tenía sus años cuando lo descubrí y descubrí a Defe. Era chueco y ya se le encorvaba la espalda de tanta bolsa. Nunca me habló más que su grito, pero me dio su bolsa una vez y un puñado grande de chuengas asfixiadas. Un sábado de 2 a 0 en el primer tiempo, rozó mi felicidad con una sonrisa. Y una tarde fría del '72 lo ví frenar sus renos masticables ante una apilada de René. Murió en 1984, el año de Ronci, Banana Galbán y el Negro Arbelo. Dicen que se detuvo para verlos.

* Texto extraído de Corazón Pintado, el libro de Martín Sánchez al que Pontoni definió como "la biblia defensorista".

10 comentarios:

  1. imprecionante...... un lujo tener un escritor de esta embergadura! por favor, como disfruto leerlo.....
    martin sanchez como opocicion.... sos un exelente escritor!

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  2. Martin, como siempre talento y creatividad pura para aquellos q compartimos ratitos de tu vida, buen amigo y en este merecido recuerdo de chuenga vuelvo a sentir sus gritos en las tribunas y realmente me emociono, Gracias por ser de defe y por tanto talento, en algun momento todo ese talento se derramara en beneficio de tu defe querido.
    abrazo Dragon para todos los diferentes q ingresan a este maravilloso espacio q nos brida Burgueño!

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  3. al primero de todos:

    no es imprecionante, sino impresionante (con s).
    no es embergadura, sino envergadura (con n y con v).
    no es opocicion, sino oposición (con s).
    no es excelente, sino excelente (con xc).

    asi que antes de dar clases de moral o política, primero andá a clases de primaria. o de jardin de infantes, ya que estamos.

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  4. jaja yo no soy el escritor papi!, vos escribiras muy lindo. pero no podes tolerar que alguien piense distinto. prefiero no saber escribir que ser un pelotudo como vos.

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  5. ¿sabes que marcelo achile se escribe marcelo achile y no marselo hachile, no? mira que te lo digo de onda, porque no quiero que tu jefe, que te paga el sueldo, se te enoje.
    de nada.

    F.

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  6. que lindo recuerdo ....yo iba a la cancha con mi viejo y siempre me compraba chuengaaaaa..che que se me pianta un lagrimon.....

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  7. SOMOS TAN TARADOS QUE NOS PELEAMOS HASTA POR ORTOGRAFÍA...
    DIOS MIO...PARECEN NENES CHIQUITOS...

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  8. Sánchez un lujo. tenemos hinchas que no sabemos valorar, me parece. Es mi opinión.

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  9. dragonas, como siempre muy graciosas. no sé como llegué a ésta pseudo página, pero solo les cuento una cosa a ustedes y al ingenuo de martín sanchez: soy fana de excursio (como la mayoría de los hinchas del ascenso en belgrano)y de chico veía y le compraba chuengas al mismo personaje que ustedes nombran. todos los sábados en la década del 70 en la gloriosa cancha del glorioso club atlético EXCURSIONISTAS.
    solo una pregunta a las dragonas: ¿qué sería de ustedes si hubieran estado treinta y pico de años en la c, sin alegrías deportivas? ¿serían tan grandes como acasusso? ¿o ya, tal vez, no existirían? LARGA VIDA A DELUCA.

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  10. Como siempre, un lujo leer al señor Sanchez

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