Historias jamás contadas V: de visitante ante Español, en el 84 (por Queiroz e Iglesias)

Mucho se escribió sobre ese partido que Defensores le ganó a Español por 1 a 0 en condición de visitante en 1984. Mucho se dijo sobre el gran campeonato que jugó Defensores en esa temporada y la “desgracia” de haberse encontrado con un Español imparable y finalmente legítimo campeón.
Ese día, el todavía no mencionado Dragón formó con Anhielo; Fraga, Barrios, Lagunas y Correa; Ronci, Galbán y Arbelo; Cáceres, Quiroga y Walter Fernández. Defensores realizó en el primer tiempo un trabajo criterioso y ordenado. Encimó a los volantes de Español, quitó espacios y no dio tiempo para pensar.
Español apareció como un equipo partido en dos, sus volantes no pudieron escapar a la marcación rival. Sin embargo, el que mas oportunidades de gol creó fue el equipo de la colectividad pero a pesar de todo y cuando Español, con más ganas que fútbol, presionó sobre el arco rival, llegó el gol conquistado por el jugador mas talentoso de la cancha: Arbelo.
A partir de allí, Español se desesperó y se volcó masivamente al ataque y en la última jugada del partido, desperdició la oportunidad del empate: Zárate ejecutó un penal en forma errónea y la pelota se fue desviada junto al poste derecho del arco de Defensores.
Pero... ¿que pasó con la gente de Defe ese día? ¿Eran muchos, los que asistieron a la cancha? Pasaron casi 25 años de ese partido. Casi un cuarto de siglo. Y muchas veces se confunde el recuerdo genuino con la imaginación. Y en muchos viajes para ir a ver a Defe surgen anécdotas sobre es partido. Y mucha gente dice que estuvo en la cancha ese día. Tantos dicen eso que de ser cierto Defensores habría llevado entre 2.500 a 3.000 personas como mínimo. Y la realidad marca otra cosa. A las cifras anteriores, seguro hay que sacarles un cero.
Y la barra de la época...o los jóvenes de la época ¿como volvieron de la cancha? ¿En micros contratados especialmente? ¿En camiones? Que nadie se enoje ni se ofenda. Pero la barra y/o grupo jóven de la época se tomó el 114 en la parada y volvíó al Bajo feliz y contenta. Y el colectivo, por supuesto, venía ocupado. Y nadie se bajó. Algunas señoras se asustaron un poco, pero siguieron sentaditas donde estaban.
No era necesario bajarse. Los 25 o 30 jóvenes rojinegros estaban contentos, estaban eufóricos, estaban atantos a bajar del “bondi” por si venían los de Español (que efectivamente vinieron, hubo algunas trompadas y se siguió viaje) pero ninguno se iba a “desubicar” con algún pasajero.
Volaban algunas trompadas. Es cierto. Pero existían otras dignidades y respetos. Cuando algunos empezaron a hablar de códigos comenzaron los problemas. Porque los códigos son para la mafia. La palabra código la emplea el gran Tony Soprano en la excelente serie de televisión que lo llevó a la consideración mundial. No es buena par el fútbol. No es buena para la vida.
¿Y que pasó con el recorrido? Al pasar por Floresta, los más “avezados” vociferaron: !Si están los de All Boys, bajamos todos! Y por supuesto, ninguno pensaba en darles la derecha...pero los de Floresta no estuvieron. Y el 114 siguió su recorrido. Y comenzó a transitar barrios “amigos”, “conocidos” y con presencia rojinegra. Por Urquiza, cuando tomó Olazabal algunos jóvenes comenzaron a bajar. Es preferible no dar nombres, pero uno de los líderes de ese grupo de 25 o 30 se colocó en la puerta de atrás, la del descenso de pasajeros. Y a medida que los jóvenes hinchas bajaban los arengaba: ¡El sábado que nos vemos todos en el Bajo! El 114 cruzó la barrera de Monroe y siguieron bajándose hinchas. Al tomar Blanco Encalada no quedaban más de 10 o 12.
Más adelante, a un hincha que se bajaba, uno de los líderes mencionados le dijo: ¿Que hacés con ese buzo de color azul y rojo? Parecés de Tigre. Para el fin de semana que viene te lo tenés que cambiar.” La respuesta del hincha fue: “No... Parece de Central Córdoba.” Los dos se rieron y se comprometieron a verse en una semana y, como en la película, en el día y a la hora señalada. Y dicen que así fue. Y dicen que ese hincha se bajó en Blanco Encalada y Cabildo. Y dicen que ese hincha se llama....