
El tipo me ve el pantaloncito de Defe.
-¿Sos de Defe?, me pregunta.
-Sí.
-Yo jugué ahí. Cómo me putearon, je.
-¿Cómo te llamás?
-Rub.
-Andrés Rub, claro.
-Y no me fue mal, eh: metí como seis goles en el último semestre de la 99/2000. Pero el equipo no anduvo. El técnico era Oscar Martínez. Fue después de la final que perdieron con Temperley, y antes de la que ganaron, ya al año siguiente.
En lo particular, no me acuerdo de haberlo puteado a Rub. Pero es cierto: uno se siente un boludo cuando putea a un jugador y después lo ve frente a frente, hablando lo más campante. Es culpa de los jugadores, que a veces nos miran como desde arriba, y es culpa de los hinchas, que a veces somos una bestias. Ahora, aunque sea tarde, yo soy hincha de Rub.
En la foto, Rub antes de un partido contra Atlanta, en 2000, el día de los nefastos jaboncitos.
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