Este loco se llama Javier, es mendocino y tan fana rabioso de Defe que cuando sube el Aconcagua lo primero (y lo único) que hace es sacarse una foto con la remera del Dragón. Si algún día andás perdido por Potrerillos y no sabés dónde dormir, también vos ponete una camiseta de Defe. El efecto es inmediato: apenas Javier te vea, te va a alojar en sus cabañas (y te va a dar de comer el doble que a los gringos). A Juan Pablo, un amigo de Defelandia, ya le pasó. No sé si seremos locales en Mendoza, pero desde el Aconcangua los miramos a todos desde arriba (lo contrario a lo que sucede en la tabla, lamentablemente...)
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