Jonnhy Aquino convierte de penal el 2-0 contra Temperley, el día del ascenso al Nacional B, en 2001, en Caballito. Cuatro años después, con la camiseta de Ferro y en esa misma cancha, haría un penal absurdo para regalarle a Chacarita la posibilidad de la salvación. Jonnhy tenía todo para ser ídolo. Eligió ser traidor. El Judas del Bajo.
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