
Nuestro próximo rival, San Telmo, atraviesa una situación que no nos gustaría a ninguno: perder la cancha. Ya estuvimos cerca, una vez, en 1996: todos lo recordamos. Pero San Telmo vive esa problema ahora, y de hecho nos alquila la cancha a nosotros. Aquí les dejo una buena reseña de la historia y el presente de San Telmo, que fue publicada por el diario Crítica de la Argentina en julio, antes de que comience la actual temporada. Viene bien para no preocuparse sólo por la pelota.
El viejo y querido San Telmo convive con la peor pesadilla que puede tener un hincha: que su cancha desaparezca. Desde el 12 de febrero de 2006, después de un partido ante Talleres de Escalada que terminó en incidentes, su estadio de la Isla Maciel fue borrado temporalmente del mapa del fútbol argentino. Pero el problema mayor es que el Coprosede avisó que nunca más volverá a rodar la pelota a 400 metros del Riachuelo, en una de las zonas más vulnerables del conurbano. Y si bien los dirigentes se mueven con desesperación, la realidad indica que San Telmo se quedaría sin casa.
No será la primera vez: su primera cancha quedaba, obviamente, en San Telmo. El club fue fundado hace más de 100 años, en 1904, en la esquina de Paseo Colón y Juan de Garay. Mayor porteñidad, imposible. Y el estadio original quedaba adonde ahora se levanta el edificio de Crónica, en Juan de Garay y Azopardo. Pero la malaria también existía en 1926: San Telmo perdió su predio y empezó a peregrinar.
Su destierro llegó hasta la Isla Maciel, un lugar que por entonces era zona de quintas. Pese a todo hubo años felices, siempre con la camiseta más original del Ascenso: azul y celeste a rayas verticales. Sus colores, sin embargo, tienen mucho de fortuito: la indumentaria embrionaria era azul y blanca, pero se destiñó después de un partido jugado bajo la lluvia y sobre el barro, y así quedó para siempre.
San Telmo (como Almagro, Chacarita, Sportivo Italiano, Colegiales y Estudiantes de Caseros, entre otros) se convirtió en un siamés futbolístico: sede en un barrio y cancha en otro. Por allí pasaron los más queridos futbolistas del club, como Carlos Camejo,Pedro Coronel y Raúl Saraví. También el más mediático Oreste Omar Corbatta, en 1970.
De mucho antes, en cambio, era Carlos Peucelle, quien antes de brillar en River había surgido de las inferiores de San Telmo. En 1976, mientras el país se desangraba, para los de Telmo llegó su año inolvidable: peregrinación a Primera División. Y una fecha patria: el 25 de mayo venció 3-1 a Boca. También hubo espacio para otra pequeña hazaña, que aunque terminó en derrota, tuvo un sabor dulce: con cinco jugadores en la cancha, apenas perdió 2-1 ante Huracán.
Al año siguiente volvió al Ascenso, su lugar en el mundo, a jugar otra vez sus arrabaleros clásicos contra Dock Sud, el Docke. La Isla Maciel cambió su perfil y en la tribuna empezaron a juntarse los cuatro subgrupos que hoy siguen a Telmo: los mismos de la isla, los de Villa Tranquila, los de Dock Sud y los de Capital.
Hasta 2006 todavía había hinchas que cruzaban el Riachuelo en bote para ir a la cancha, pero esa imagen ya es del pasado. El próximo torneo de la Primera B, el equipo será local en Defensores de Belgrano. San Telmo perderá su cancha, pero no el orgullo.
gracias por el recuerdo.
ResponderEliminarun hincha de telmo
¿Cuanto paga San Telmo por alguilarnos la cancha? ¿Alguien sabe? ¿O es todo en negro? No me hagan pensar mal,eh.
ResponderEliminarA Telmo la cana le hizo una cama, dejando zona liberada el día del partido con Talleres. No les interesaba seguir armando operativos en la isla.
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