Un cacho de cultura


Hace ya dos años, en la contratapa de Babelia, suplemento cultural del diario español El País, publicaron una columna futbolera de Antonio Lobo Antunes, un genial escritor portugués. Era raro: el hombre escribía todas las semanas, pero nunca de fútbol. Sus artículos giraban alrededor de su especialidad, la literatura. Y atrapado por la curiosidad que me generaba aquella excepción, leí la columna. La devoré, mejor dicho. Nunca antes, o para no exagerar diré pocas veces, me había sentido tan identificado en mi condición de hincha de fútbol. Lobo Antunes simpatiza por el Benfica y escribe sobre Eusebio, Coluna, Aguas y otros cracks de su equipo, pero si fuera hincha de Defe, estoy seguro que reemplazaría aquellos nombres por los de Arbelo, Ronci y Gabriel Pereyra. El resto del artículo lo mantendría igual. La esencia futbolera no cambia. “El fútbol se ha desdibujado. Lo que antes eran jugadores alegres y alma ahora es trabajo y paciencia. Al final se han creado equipos de perfección negativa. Desangelados. Sólo pido la improvisación, lo inesperado, la locura, el genio”, dice el copete. Los invito a recorrer el texto. Si les gusta el buen fútbol, si se emocionaron con el inolvidable Defe del 84 o extrañan el Dragón del Nacional 2001, no se arrepentirán.

“Creo que ha dejado de gustarme el fútbol porque ya no hay jugadores que me hagan feliz. Ahora, como dicen los entrenadores, todo es cuestión de profesionalismo, trabajo y paciencia: se acabaron la improvisación, la fantasía, lo inesperado, se acabó mi equipo, Costa Pereira, Mario Joao, Germano, Angelo, Cavem, Cruz, José Ausuto, Eusébio, Aguas, Coluna y Simoes, para quienes el juego no era trabajo ni paciencia, era alegre y alma, era el Benfica. El fútbol ha perdido el humor, la poesía, el placer. Simoes volvía atrás para regatear otra vez. Angelo, como el poeta Maiskovski, sólo tenía corazón. Coluna fue, por sí solo, todo un equipo: no jugaba al fútbol, creaba el fútbol, en el que introdujo el poder de la inteligencia y descubrió lo que no existe: la perfección. Si Coluna volviese al Benfica, yo volvería al estadio porque, con Coluna en el campo, se acabarían los jugadores burócratas, subordinados, escribiendo memorandos, distribuyendo circulares. Lo que veo ahora, en los raros momentos en que enciendo el televisor, son subordinados. Escrupulosos, obedientes, aburridos. Una especie de perfección negativa, una monotonía oficinesca. Y yo al fútbol le pido la improvisación, lo inesperado, la falta de lógica, la locura, el genio. Que me hagan regates. Que me enardezcan. Que me sorprendan. Claro que siguen naciendo jugadores así: sólo que los técnicos, la dirección, los agentes, los transforman en robots previsibles. El único jugador imprevisto que he visto últimamente se llama Ronaldinho y juega en el Barcelona. Entre los portugueses no encuentro ni uno solo: Figo, que parece ser lo mejor que hay aquí, no pasa de un correcto amanuense. Cumplidor. Y a mí no me gustan los jugadores cumplidores. No me asombra, no hace milagros: ejecuta. Y, Dios mío, estoy cansado de los profesionales serios. Lo que quiero es que invente en el campo lo que Felipe II le pidió al arquitecto del Escorial: “Hagamos lo que sea para que el mundo pueda decir de nosotros que estábamos locos”. El sentido común, en el deporte, no me interesa un pimiento: sólo me interesa que me dejen con la boca abierta, que me apasionen, que deliren. ¿Pero cómo, si ahora el héroe es un técnico? ¿Pero cómo, si ahora las virtudes son el trabajo y la paciencia? De modo que no me encaja. Me agobia. La improvisación truncada, “las jugadas de laboratorio”. Voy a un estadio a perder la cabeza, no a mirar por el microscopio. Y, por tanto, ha dejado de gustarme el fútbol: no me hace feliz. Eusebio, Augas y Coluna mareaban. Los jugadores de ahora no marean: repiten lo que el técnico manda. No piensan: reproducen. No crean: copian. Pobre Benfica, pobre fútbol, pobre de mí”.

8 comentarios:

  1. Al webmaster: ¿conoces el nombre de alguno de los libros de este escritor? Me pareció muy interesante

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  2. El equipo del 84 era ponerse de pie: terminó segundo en un torneo a dos ruedas. El del Nacional 2001 jugó algunos partidos buenos, nada más. De hecho, ni siquiera se clasificó al octogonal. Supongo que los equipos desastrosos que le siguieron realzaron su imagen.
    Saludos, Pablo de Nuñez.

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  3. comparo lo que escribe este tipo con lo que paso en chicago-river y me dan ganas de llorar...

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  4. Hola! amigos dueños de este blog ustedes son periodistas de medios grandes, hay alguna chance de consigan recortes, fotos, cualquier cosa que sea de defe para la pagina del equipo rojinegro?
    un abrazo y los felicito

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  5. Todo bien con la cultura pero queremos noticias!!!! quienes vienen a referozar el equipo y quienes se van. De última hacete un blog litarario y no de fulbo.

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  6. Al amigo de arriba: como supongo que ya sabés, la información de último momento (refuerzos y demás) la encontrarás muy bien explicada en las otras páginas de nuestro querido club: www.defe.com.ar, www.equiporojinegroweb.com.ar y www.lapaginadedefe.com.ar.
    Aquí sólo intento hacer un blog que se complemente, desde otros puntos de vista, con aquellos sitios. Un abrazo y gracias por escribir.

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  7. Muy bueno, excelente! Ojala algun dia tengamos la maquina del futuro y en la ctualidad se vuelva a jugar como hace unos años, es en sueño, solo eso. Saludos Dragones.

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