Treinta años sin Bernardino Veiga


La zona de cabinas de transmisión del estadio Pasquale se llama Bernardino Veiga, en honor a uno de los mejores relatores radiales de la historia argentina. Bernardino se hizo famoso porque siguió la campaña de Boca allá por los años 60, pero él era también fana de Defe, tan fana que su hijo Gustavo, hoy uno de los mejores periodistas deportivos del país, es un Dragón irremediable y lo vemos sábado tras sábado en la cancha. El lunes pasado se cumplieron 30 años de la muerte de Bernardino y el propio Gustavo escribió, en Página 12, una notable evocación. Aquí la compartimos porque, aunque para los más jóvenes se trate de un nombre y apellido tal vez un poco extraño, todos deberíamos saber que Bernardino Veiga es, sin dudas, una partecita de la historia de Defe.

Una voz clara, nítida, fácilmente identificable apenas se mueve el dial un milímetro, de esas que escasean en el relato deportivo, hay muy pocas. Son más las voces obscenas, lanzadas sin rubor a describir el “fulbo” y que apenas pueden articular una frase. Con todo, no es el propósito de esta columna hacer una división entre hijos y entenados. Y aunque tenga mis preferidos (Víctor Hugo, Walter Saavedra, El Turco Wehbe), tampoco me siento con autoridad para armar un ranking. Los mejores relatores argentinos son muy creativos y prolíficos en metáforas, hipérboles, giros lingüísticos y otros recursos con los que fertilizaron el idioma.
La introducción viene a cuento de Bernardino, un portento del relato que, en la década del ’30, comenzó a dar sus primeros pasos en transmisiones donde no existía la información al instante como ahora, ni el lugar adecuado para darla: cabinas, palcos... Había que estar al aire libre. Y Bernardino no se amilanaba. Tuvo su bautismo en los potreros con una lata de conserva que semejaba un micrófono (al menos eso dice la tradición familiar) y muy pibe había ingresado en una broadcasting. ¡Qué antigüedad!
Un viejo diario, amarillento como un té de manzanilla, es la prueba de cómo en otros tiempos (el recorte no tiene fecha, pero debe ser de los años ’40) se les tomaba examen a los llamados locutores animadores, locutores deportivos, locutores relatores y locutores lectores, separados en esas especialidades por la Dirección de Radiocomunicaciones. El texto, una especie de bando militar, señala que “las broadcastings disponen ya de la notificación oficial sobre cuáles son los locutores aprobados y rechazados”.
En una extensísima lista de 380 nombres pueden leerse los de Eduardo Lalo Pelliciari, Edmundo Campagnale, Félix Daniel Frascara, Luis Elías Sojit y Joaquín Carballo Serantes, Fioravanti, entre los locutores deportivos aprobados. Ahí aparece Bernardino, en el que quizá sea el primer registro disponible de su trayectoria junto a otras voces inconfundibles.

Hoy se cumplen treinta años de su muerte, aunque para mí nunca se fue. Siempre vuelve en la evocación de un amigo, de un hincha, de un aficionado al boxeo, de aquellos que transcurrieron su infancia y adolescencia con una oreja pegada a la portátil. Su voz inconfundible está por ahí, entre tantas otras, una marca de radio.

7 comentarios:

  1. Felicitaciones a la familia Veiga

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  2. Che nadie dice nada del predio de las inferiores? o tambien no les parece correcto a las carrio? dan asco loco,parece que solo lo malo vale para ustedes
    seguramente le tan buscando la 5 pata para decir algo no?
    saludos a los verdaderos hinchas y a la flia veiga

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  3. aguante excursio


    manga de gatosssssssssss

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  4. verde, anda a hacerle la amistad a alem, digo como haces eso cada vez que te roban banderas algun club chico como vos..

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  5. aguante escursio? hoy no aguanto mucho... va.. nada! como siempre

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  6. no le pasen cabida al de excursio, no puede ser que un puto comentario de ellos le contesten 100 personas. no existe y punto.
    coincido en que nunca resaltan las cosas buenas de la CD consiguieron un predio terrible y no dijeron nada desde aca.

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  7. Recuerdo cuando era chico haber escuchado a Bernanrdino Veiga pero transmitiendo a Boca (no soy de Boca, soy de Defe), y me quedó esa frase que decia siempre: "Saca Roma... pelota en el aire"...

    También tuve de compañeros a los hijos de Veiga, creo que estaban uno o dos grados más abajo que yo y si la memoria no me falla eran mellizos o andaban por ahí. Mis saludos para Gustavo aunque no lo veo desde esa época (1966), pero como dije al principio, siempre recuerdo esa frase de su padre.

    Eduardo

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