Yo quiero a esta bandera


Que linda bandera en en el Bajo, ¿no? Por estas cosas uno siente orgullo por Defe. De paso, acá adjuntamos la insólita historia que hubo detrás de esta bandera, y que fue escrita en la Revista 23 en julio de 2009. Después de leer el artículo, dan más ganas de querer a la bandera.

Los estadios de fútbol son templos donde se expresan las más variadas pasiones populares, como la protesta. Así lo entendió un hincha de Defensores de Belgrano, que antes de que comenzara el partido que su equipo jugó el sábado 9 desplegó un “trapo” con un reclamo: “Macri, basta de asesinos en la nueva policía porteña”. La imputación hacía referencia al flamante coordinador general de la nueva Policía Metropolitana, Carlos Arturo Kevorkián. Pero la consigna sólo se pudo leer por unos segundos, ya que una fiscal entendió que no había lugar para la queja y labró un acta de contravención contra Matías Scorcelli, el hincha que desplegó la bandera.
“Cuando era comisario, Kevorkián dirigió el brutal operativo que terminó con la vida de Fernando Blanco, un hincha de Defensores que tenía 17 años, al que los policías golpearon hasta la muerte a la salida de la cancha de Huracán, el 25 de junio del 2005”, se indigna Scorcelli, que tiene la edad que hoy tendría el adolescente muerto. No bien colgó la tela en uno de los alambrados, dos inspectoras del gobierno porteño presentes en el estadio dieron aviso a la fiscal Marcela Solano, quien le labró un acta contravencional por “incitar al desorden”.
“Con un grupo de compañeros de la JP de Núñez, hinchas del Defe, decidimos poner la bandera para protestar respetuosamente contra Macri por la designación de ese hombre”, explica Scorcelli. Desde que se produjo la represión, los simpatizantes del club reclaman justicia en cada partido que disputan.
Ángel Blanco, padre del adolescente asesinado, recuerda que el operativo policial “fue una emboscada contra la hinchada de Defensores”. Las imágenes de esa represión pudieron verse con detalle en el programa Cámara Testigo, y a su vez fueron reproducidas en el documental Fútbol Violencia Sociedad Anónima, de Pablo Tesoriere. Hasta aparece Kevorkián amenazando a los hinchas. “Fue un escándalo. Aunque Néstor Kirchner habló de ese tema, después no pasó nada y ahora a Kevorkián lo premian con un cargo y los hinchas no pueden poner banderas para quejarse”, se lamenta Ángel. No puede creer que Macri no conozca los antecedentes del ex comisario. “Mi hijo fue detenido ilegalmente, era menor. Lo agarraron de los pelos y le pegaron brutalmente. Después dijeron que se había tirado del patrullero, pero es mentira. Lo tiraron en la puerta del Hospital Penna, donde no le dieron atención adecuada. A los dos días murió.”
Scorcelli cuenta que firmó “en disconformidad” la contravención. Como toda la hinchada del club del bajo Núñez, no puede dejar de olvidar ese día fatal: “En vez de dejar salir primero a los del Defe, dejaron salir primero a la hinchada de Chacarita, al revés de lo que se hace siempre. Cuando salíamos, policías de civil y de infantería nos pegaban con manoplas a todos. No les importaba nada”.
Kevorkián y otros policías fueron sumariados por la Federal por las irregularidades cometidas en el operativo. Sin embargo, el único efectivo que quedó con procesamiento firme en la Justicia fue el chofer Mario Lagoria. La queja de Scorcelli terminó en contravención.

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